En las ciudades a menudo se requiere una carpintería no solo con un buen aislamiento térmico si no también acústico para contrarestar los decibélios de camiones, motos, bares, vecinos…
Interesa el buen aislamiento de la envolvente en general aunque las ventanas suelen ser su punto más débil. Por eso disponemos de variedad de combinaciones de cristales para reducir el impacto de diferentes espectros de ondas sonoras.
Al combinar materiales de diferentes densidades (y por tanto características de resonancia) se dificulta la proliferación de la molesta frecuencia sonora. El efecto, con un sobrecoste razonable que se paga en pocos días (o noches de descanso) es notable, incluso con solo un cristal exterior reforzado de 6 o 8 milímetros. Y de paso protegemos la puerta o ventana contra rotura, ya sea por intento de robo o simplemente accidentes.
Hemos instalados carpinterías de madera con un cristal de 10 | 16 | 8 con una reducción acústica de 45dB, como en esta obra entre dos calles estrechas de Sitges.